jueves, mayo 18, 2006

 

¿Ir o no ir al Código...?


A muchos deben haber causado perplejidad las declaraciones del Arzobispado de Lima respecto a la película "El Código Da Vinci". Las palabras de su comunicado son claras: quien asista a ver la película coopera al mal de manera voluntaria.

¿Hay exageración en esta manera de plantear las cosas? ¿Estamos dando demasiada importancia a una película más?
A mi juicio, en el comunicado del Arzobispado de Lima se está llamando a las cosas por su nombre. Para entenderlo mejor, me remito a unos sencillos —y un poco desagradables— ejemplos:

No pretendo ser antichileno ni nada por el estilo, pero si en Chile se hiciera una película sobre la Guerra del Pacífico, si en ella se hablara con falsedades del Perú y de nuestros héroes, ¿iríamos a verla para saber qué dicen? ¿Aun si calumniaran a Grau y a Bolognesi negando sus acciones heroicas, aun si mintieran diciendo que fuimos los peruanos quienes empezamos la agresión?
Una película así generaría las más fuertes protestas en nuestro país y nadie asistiría a verla. Ni siquiera aunque hubiera ganado el Oscar a la mejor película, ni siquiera aunque fuera declarada "Película del Año", ni siquiera aunque su guión se basara en un "Best Seller" a nivel mundial.
Toco el tema de la Guerra con Chile sólo como un ejemplo, porque es uno de los temas más sensibles que afectan a los peruanos.

Para otras personas, esos "temas sensibles" serían distintos: para los judíos el Holocausto, por ejemplo. Mucho dolor causaron en Israel las declaraciones de un personaje público cuando afirmaba que no era cierto que hubieran muerto seis millones de judíos en la segunda Guerra Mundial. ¿Se imaginan una película con semejante argumento proyectada en Israel?

En un caso como en el otro los responsables de esas producciones ficticias podrían decir que "es sólo una película, una ficción..." Pero es que ofenden. Como ofendería que se exhiba una película sobre nuestros padres propalando mentiras y calumnias.

Entonces, estamos en una situación en la que no se trata de "ver o no ver" una película: se trata de Jesucristo, que es mucho más que todos nuestros héroes. Es a Él a quien se está calumniando y ofendiendo. Para los Católicos no es "una película más" cuando allí se dice que Jesucristo no es Dios, que tuvo hijos con María Magdalena y que la Iglesia Católica ha mantenido una gran mentira durante 2000 años...

Como bien dice el comunicado del Arzobispado de Lima, hay cooperación al mal al asistir a esas proyecciones porque "se colabora al éxito económico de quienes han producido o distribuido esta obra (...)". El éxito de un film se mide por el número de personas que van a verlo, se mide por la recaudación que logra. Si asisto a las funciones contribuyo a que se piense que es una película "buena", "taquillera", cuando en verdad ofende a Cristo y a la Iglesia, Madre nuestra.

Por otra parte Dan Brown, con los mensajes que difunde con su novela no solamente niega la divinidad de Jesucristo: si Él no es Dios, ¿Santa Rosa de Lima, San Martín de Porres, Santo Toribio de Mogrovejo, son una mentira? ¿Los mártires, entonces, tuvieron una muerte sin sentido? ¿El Papa Juan Pablo II: ¿predicó falsedades? Su visita a Piura, su predicación en nuestro país ¿fueron unas farsas? Y las preguntas serían interminables...

Lo cierto es que el Cristianismo ha sido durante 2000 años una Religión de Amor; la religión que ha configurado el carácter de la civilización occidental. No es producto de una mentira. Y es un hecho innegable.

Por eso, ante la duda de ir a ver la película "El Código Da Vinci", (ya he sabido además que las críticas que ha recibido en el Festival de Cannes han sido muy duras: es una película mala para los conocedores de cine) copio las sensatas declaraciones de alguien que contestó "Nadie paga para ver cómo insultan a su madre".

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